10 may 2010

Declaración de la renta. Casilla en favor de la iglesia

Utilizando el programa de ayuda PADRE acabo de cumplimentar mi declaración del ejercicio 2009. Al dar a la tecla de imprimir aparece la ventana:

Parece que el diseñador del programa estaba muy interesado en que no te escapes o que nos toma por muy torpes ya que una de las opciones es la de no marcar ninguna, como es mi caso, no obstante me ha venido bien este detalle que me permite iniciar esta PARIDA.

Hace ya tiempo que mi primo Sisifo escribió a la sección de "cartas al director" de varios periódicos con sus opiniones al respecto las cuales comparto plenamente. Y que podríamos resumirlas en tres.
  1. La posibilidad de decidir que una parte del erario público vaya a parar a SMICAR discrimina a las otras religiones y sectas con presencia en el país y por supuesto sin excluir a las organizaciones de libres pensadores.
  2. El contribuyente que marque una casilla o las dos, está disponiendo de un dinero que no le pertenece, la aportación que va a una u otra institución pertenece al Estado, es decir a todos los ciudadanos lo que significa cometer un fraude. El delito es mayor cuanto mayores sean las cantidades declaradas. ¿Qué casilla marcarían si la cantidad asignada se la cargaran en su cantidad a ingresar o se le restara en la de devolver según el caso?.
  3. La financiación de la SMICAR por parte del Estado contradice al concepto de Estado Laico es decir aconfesional, por tanto, las confesiones religiosas deben ser financiadas por sus fieles.
Los obispos se pusieron en marcha con su campaña sobre la casillas en favor de la iglesia. Durante la presentación de la campaña el portavoz de la misma el obispo Algora se vió interpelado por varios periodistas con las reiteradas preguntas sobre los casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica, y, en concreto, sobre la primera denuncia en España de abusos a un menor por parte de un religioso de los Carmelitas Descalzos de Castellón, el obispo ha eludido pronunciarse al respecto

Parece ser que las palabras que el presidente episcopal Rouco Varela pronunció hace unas semanas condenando las prácticas pederásticas en el seno de la SMICAR han caído en saco, roto, como muchos ya sospechábamos.

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