3 abr 2008

Los mineros

Los Mineros.

Considero que las minas son lugares siniestros. Es cierto que de ellas se obtienen materiales totalmente necesarios para el desarrollo de la humanidad desde tiempos inmemoriales, pero el precio que paga la parte humana involucrada es inconmensurable, no me olvido de otros seres vivos empleados en las explotaciones, y no digamos de las agresiones medio ambientales sufridas por la naturaleza. Como muestra de lo afirmado he aquí algunos ejemplos:

Minas de Río Tinto.
(Fuente Wikipedia) La historia de las Minas de Riotinto es muy antigua, y se traslada en el tiempo a las primeras civilizaciones organizadas, ya en la Edad del Cobre el desarrollo de la mina, estaba unido al de las propias civilizaciones: tartesos, fenicios... Pero el desarrollo minero en esta época llegó con los romanos. La introducción por parte de éstos de nuevas técnicas permitió la continuación de los trabajos mineros. Los restos de escorias encontrados nos dan a conocer un gran desarrollo de la minería en esta época.

Ángel Santacreu visitó las minas y de lo que me contó extraigo este párrafo
“Dentro del Museo minero está la reproducción de una mina romana. Cuando llegan los ingleses se admiran de la inmensa cantidad de escoria que suponía la enorme extracción que realizaron los romanos, eso si, con esclavos, tanto para la extracción, como para las norias que sacaban el agua de la mina, etc. Según el comentario del guía estaban con una argolla en el cuello hasta la muerte”.
Imagino al esclavo al llegar por primera vez a su puesto de trabajo, le colocaban la argolla y a picar. Para la corta vida que le quedaba sólo tenía un horizonte a la vista: la dura roca a horadar. Cuando caía muerto se le desenganchaba de la cadena y se sustituía por el siguiente.

Hace bastante tiempo, tanto que no recuerdo el título, vi una película que en su principio se desarrollaba en una mina inglesa de carbón. En las profundidades de la explotación, tiraban de las vagonetas unos ponis, los cuales nunca salían de las profundidades de la mina hasta su muerte, igual trato que los esclavos de los romanos.

Minas de Río Tinto.
(Fuente Wikipedia) Debido a las calcinaciones de minerales al aire libre, denominadas "Teleras", con sus emanaciones sulfurosas, tuvo lugar la primera manifestación con un carácter medioambiental de las que se tiene noticia. La misma se realizó el 4 de febrero de 1888 y asistieron a ella miles de personas venidas de toda la comarca. Siguiendo órdenes del gobernador civil de Huelva, fuerzas del Regimiento de Pavía, desplazadas desde Sevilla, abrieron fuego sobre los manifestantes concentrados en la plaza de la Constitución produciéndose más de 100 muertos. El poder de la "compañía" hizo posible que estos graves sucesos pasaran prácticamente desapercibidos en el resto de España y aunque algunos medios republicanos pidieron responsabilidades todo quedó finalmente tapado.


En la ciudad catalana de Cardona se visita la Montaña de Sal. Es una explotación minera que se cerró en 1990. Recomiendo esta excursión
La montaña está constituida por tres tipos de sales, sal común o cloruro sódico, cloruro potásico y cloruro de magnesio. Esta última es la que interesaba a la compañía Explosivos Río Tinto (¡vaya otra vez el río onubense!) por lo visto el Mg se emplea para la fabricación de explosivos, motivo por el cual compró la montaña, y la explotó durante casi un siglo, bueno hasta que la profundidad de los pozos fue tan grande que la extracción dejó de ser rentable. Durante este periodo se fue formando otra montaña con las escorias y los materiales de extracción no deseados, las otras dos sales. Esta nueva montaña, es una agresión al medio ambiente, la Generalitat exige a la compañía que la haga desaparecer. En este momento se estudia las posibles reutilizaciones de los desechos

Los Mineros del carbón.
Tras esta larga introducción viene lo que me ha motivado a escribir este artículo. Mi admiración por los mineros del carbón, en el artículo titulado “Titulitis”, (parece una redundancia), prometí que pronto escribiría sobre ellos. Puede que hoy en día las cosas hayan cambiado enormemente, incluso que ya sea una profesión al borde de la extinción, al escribir esto me sitúo en el año 1978

La explotación de una veta de carbón, se realiza si el espesor de la misma es mayor de una medida determinada, no recuerdo el valor pero debe de andar alrededor de un metro. El motivo es sencillo, si la veta es muy estrecha se ha de picar además del carbón también roca, ya que si no es así el minero no podría profundizar. Si se pica roca el trabajo deja de ser rentable. Por desgracia las vetas de las minas asturianas suelen tener un espesor cercano al límite de rentabilidad. Los mineros al enfrentarse a esta circunstancia se ven obligados frecuentemente a trabajar arrastrándose. (De aquí que la batería para el casco del minero tuviera que tener una caja irrompible)

El turno de siete horas de trabajo lo dividen en dos parte, durante la primera pican, durante la segunda se dedican a apuntalar la zona picada. Esta segunda faena la realizan con un esmero total, ¡lógico! evitar hundimientos es vital.

Pican con un martillo neumático que pesa varios kilos soportados con un solo brazo. El polvo negro que producen les impide ver más allá de dos cuartas de sus narices.

Mi amigo Mariano López de Diego, invitado por nuestros clientes de baterías de tracción, visitó una mina de carbón asturiana. Antes de entrar se tuvo que cambiar totalmente de ropa, al salir tras una intensa ducha volvió a vestir su indumentaria. La visita, no turística sino profesional, resultó ser una experiencia inolvidable, y no porque durante dos meses la recordara muy frecuentemente al sonarse la nariz. Seguía apareciendo el dichoso polvillo negro acusador contra el fondo blanco del pañuelo. Imaginad como estarán los pulmones del minero.

En el Aitemin, me comentó el presidente de Adaro, que al minero se le tenía un respeto especial, y ponía como ejemplo la actitud de la empresa ante alguna de sus excentricidades. Como ejemplo dijo que solían ser muy supersticiosos, de tarde en tarde, a alguno, se le pasaba por la imaginación que aquel no era un buen día para él, y abandonaba por las buenas su puesto. No recibía ningún tipo de sanción. Me imagino que, claro, esto sería así mientras no se detectaran abusos.

Como profesión de riesgo, se conoce situaciones de desesperación, como el caso de un minero que planeó autolesionarse para dejar la mina definitivamente con una pensión de invalidez. Tomó un par de cartuchos de explosivos, encendió la mecha y los sujetó con la mano izquierda, que a su vez introdujo en una vagoneta pegando el cuerpo al lateral de la misma en posición de cuclillas todo con el fin de perder la mano. Los cartuchos tardaban en explotar y supuso que la mecha se había apagado, no se le ocurrió otra cosa que meter la mano derecha para comprobar por calor si la llama seguía encendida en el preciso momento de la explosión tras la que perdió las dos manos.

También he de destacar el alto grado de solidaridad que tiene el colectivo de mineros, como lo demuestra la siguiente historia:
Un minero compró unos décimos del sorteo de la lotería de Navidad, hizo las típicas participaciones que fue vendiendo, en la taberna, prácticamente a todas las familias del pueblo. El momento del sorteo le pillo en el fondo del pozo minero. La suerte quiso que el número fuera premiado con el Gordo. La alegría desbordó a la población que en el momento de la salida del ascensor estaba por entero esperándole con aclamaciones. Nuestro héroe al salir y enterarse de la suerte dio media vuelta y se arrojó al pozo por el hueco entre los dos montacargas. ¡No había comprado los décimos! ¡Todo fue un fraude!
A pesar de la faena, en el pueblo se hizo una colecta para socorrer a la familia desamparada.

Por último rindo homenaje a mi tío Saturnino, refugiado en Francia tras el golpe militar del 36, quien perdió una pierna en accidente el primer día de trabajo en una mina francesa.

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