24 feb 2008

Dudas

Querido lector:
Te recomiendo un libro antiguo, si estás interesado y no lo encuentras, puedo prestártelo.

Del gran autor italiano, Giovanni Papini, hace muchos años leí su obra: Gog y El libro negro. La primera edición salió a la luz en 1931. Enrique Palau, autor del prólogo de la edición en mi poder, opina que esta obra expresa el pensamiento del autor por medio del ficticio personaje Gog-

Cada uno de los capítulos es independiente de los demás. Cada uno plantea alguna de las cuestiones trascendentales de la humanidad, suele quedar la solución en suspenso.

Para dar una idea de lo que te puedes encontrar con la lectura de Gog, resumiré uno de los más impactantes, según mi opinión.

LA INTERROGANTE DEL MONJE.
Gog está pasando unos días de meditación en el monasterio griego de Zografo (monte Athos). Estando en su celda, a punto de dormirse, aquella noche oye un ruido, sobresaltado ve que alguien entra en su estancia. Se trata de un monje muy anciano.
Superado el susto entabla la siguiente conversación, bueno mejor dicho se limita a escuchar al intruso:
"¿Será verdad?, ¿Será todo verdad?, ¿Está usted seguro?. Usted viene de lejos, ha viajado por todo el mundo, ha conocido a personas de infinidad de razas, condiciones sociales, religiones. Se que se interesa sobre asuntos religiosos, por eso le pregunto ¿cree usted que todo lo que enseña nuestra iglesia es verdad?. Quizás no entienda usted por qué le planteo con tanta ansiedad mi interrogante. Todo el sentido de mi existencia depende del su si o del su no. Cuando era niño creí todo, y por anhelo de una vida de perfección que me acercara a Dios me hice monje. Hace más de sesenta años que practico una vida de soledad, de renunciamento, de sacrificio, de oración, de mortificación. A pesar de la constancia de mi vocación monástica, me veo asaltado, desde hace algún tiempo, por una duda atroz. Si mi fe no correspondiera a la verdad, si la otra vida fuera un invento de la esperanza, si no lograse como recompensa la bienaventuranza eterna....., ¿se da usted cuenta?, entonces yo habría hecho la permuta más absurda que se pueda imaginar, habría rechazado los únicos bienes reales de la única vida me ha sido acordada, habría trocado el todo por la nada...........(Siguen las lamentaciones del anciano, acabando en la súplica mandato)....le pregunto si es cierto lo que he creído. ¡ Respóndame en nombre de Dios o en nombre de Satanás!"
Gog se da cuenta que se enfrenta a una mente enloquecida y trata de salirse por la tangente diciendo
"En cualquiera de los casos usted ha elegido lo mejor, la vida en el mundo hace pagar muy duro los pocos momentos de placer. Una vida tranquila y solitaria, libre de desilusiones y traiciones es por si misma un gran premio.
El monje muy cabreado se larga de la celda y Gog al día siguiente da por terminada su estancia en el monasterio.

Este capítulo se ralciona con lo que le ocurrió a mi tio Sátur, hermano mayor de mi madre.
La familia tenía un horno para cocer pan en un pueblo de la Sierra Madrileña. Sátur, con trece años de edad, una vez a la semana, llevaba un saco repleto de panes candeales a un convento de monjas. Siempre trataba con la misma monja. Un día aleccionado por uno de sus tíos panaderos, le espetó a la religiosa lo siguiente: Hermana, ¡qué corte se llevará usted, cuando se muera y compruebe que no hay otra vida
La monjita, muy ruborizada, puso cara de asombro y se vio imposibilitada de dar una contestación.
Cuando volvieron a encontrarse, en la semana siguiente, la monja le pidió que le repitiera lo que le dijo la vez anterior. Sátur así lo hizo, y la religiosa, apresuradamente contestó: Mayor corte te llevarás tu, cuando al fallecer compruebes que si hay otra vida. Esta vez fue Sátur quien se quedó sin saber qué decir, y desde entonces, el pan se lo recogía otra monja.
Cuando me lo contó, ya con 55 años, justificaba su falta de reflejos por la inexperiencia juvenil. Destacaba el hecho de que la monja había necesitado una semana para contestar y que seguramente habría pedido asesoramiento, esto lo justificaba diciendo que era de suponer, que el cambio de monja no debía de haber sido por voluntad de la religiosa, si no impuesto para evitar incitaciones perniciosas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tío, sigue adelante con tu blog porq siempre hay alguien al otro lado, he leído varios de los artículos y los encuentro interesantes, comparto la idea del "voto negativo" en las elecciones.

Tengo un par de libros pendientes de leer pero cuando los termine te pediré éste q recomiendas.

Salud y un beso,

Meju