24 ene 2008

Voto electoral negativo

Estamos en plena campaña electoral por lo que es de actualidad el artículo, que con permiso de su autor, reproduzco a continuación


VOTO ELECTORAL NEGATIVO

En la actualidad, el sistema electoral en España obliga a otorgar un solo voto a uno de los partidos candidatos. Cuando ninguno de los candidatos convence a un votante, la única posibilidad es votar en blanco, y que decida el resto de votantes, es decir, aceptar lo que elijan los otros. Pero existe una situación en la que, aunque no satisfagan las promesas y campañas electorales de ninguno de los candidatos o se considere a varios de ellos como "menos malos" que otro u otros, puede ser que, de lo que sí esté convencido el votante es que no desee que salga elegido uno determinado de ellos. En este caso es difícil reflejar su voluntad electoral, pues el llamado "voto útil" -votar al partido ideológicamente opuesto al que no se desea elegir - no refleja exactamente la voluntad electoral del votante, ya que ha de votar a un candidato con el que no está completamente de acuerdo, y lo hace únicamente para restarle posibilidades al otro-

Para estos casos propongo una modificación al sistema electoral en la que se admita el voto negativo a uno de los candidatos. Este voto viene a decir: no estoy plenamente convencido de cualquiera de los candidatos, pero lo que sí tengo claro y quiero que se me escuche, diría este votante, es que no quiero que salga elegido éste.

El recuento de votos se haría de igual forma que la actual pero admitiendo el signo negativo, y el resultado sería la suma algebraica de todos ellos, siendo el vencedor el que más votos netos obtenga (positivos menos negativos).

Este sistema podría producir resultados paradójicos, como ser que no exista un candidato con resultado positivo, y saliera elegido un candidato que haya obtenido un resultado neto negativo, pero que fuese el que menos votos negativos obtenga. Este resultado se acercaría más a la voluntad de los votantes y no la situación actual al salir un candidato elegido con un mínimo de votos, aún habiendo sido el que más obtuvo, debido a una fuerte abstención, motivada por inconformismo, y ante la imposibilidad de reflejar el verdadero deseo de que no saliera tal o cual candidato, o que salga elegido uno de los candidatos con un determinado número de votos, incluso grande, pero no por afinidad política del votante, sino por despecho hacia el contrario, cosa que no debería llenar de orgullo al elegido, ni es de completa satisfacción del votante, pero que llegaría a considerarlo un mal menor.

La implantación de este procedimiento conllevaría numerosos cambios y acarrearía ciertas dificultades, todas ellas solucionables. Una de las cuestiones a modificar sería el procedimiento de asignaciones económicas a los partidos, que actualmente está establecido sobre la base de los votos obtenidos. Este procedimiento de votación aquí sugerido, permite pensar en otros de mayor audacia, pero perfectamente imaginables: disponer cada votante de un número determinado de votos que puede repartir aleatoriamente, o según un determinado procedimiento, a varios candidatos (al estilo de las votaciones del Festival de Eurovisión). Incluso otro sistema que integre a ambos, es decir, un número neto de votos a repartir, positiva y negativamente, entre los candidatos elegidos por el votante, según un procedimiento a establecer.

Fernando Martínez

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