26 dic 2007

Sueños


Cuando mi mujer me contaba el sueño que esa noche había tenido, yo sentía una profunda envidia. No importaba que éste hubiera sido terrorífico.
Si alguien me preguntaba por mis propias experiencias oníricas sentía tener que decir que no podía recordar nada tras despertar, a lo sumo, imágenes borrosas.

Tengo la costumbre de leer en la cama. Al menos un capítulo de la novela del momento o hasta que me vence el sueño, momento en el que cierro el libro, apago la luz y a dormir.

Por suerte la última novela que estoy leyendo es un tostón inaguantable, no digo el título ni el autor por no crearme enemigos. Digo por suerte porque el sueño me entra antes que de costumbre, tanto es así que anoche no apagué la luz, se me cayó el libro de las manos y me dormí como un leño.

Esta mañana me he despertado alegre, recuerdo perfectamente mi sueño, toda la historia ha transcurrido claramente delante de mis ojos, además en tecnicolor.
Bueno se está haciendo tarde, me voy a la cama.

¡¡ Desde ahora dormiré siempre con las gafas puestas !!

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